Proyecto en colaboración con Alejandra Aragón
Este proyecto surgió al reconocernos mutuamente en nuestras fotografías. Entendimos que los paisajes eran muy parecidos no solo por nuestra mirada, la geografía o características naturales de nuestros respectivos entornos, sino porque existe una determinante correlación entre las infraestructuras de ambos lugares. La marginación y negligencia que devela el paisaje están profundamente ligados a las violencias que sufren las mujeres, incluso los lugares donde son hallados sus cuerpos tienen una semejanza particular. Los altos niveles de feminicidios que ocurren en el Estado de México y en Ciudad Juárez no son coincidencia, son el resultado de la precariedad planificada que se revela en las infraestructuras del paisaje.